Un video realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) sobre Inteligencia Artificial (IA) nos abre la puerta no sólo a conocer de qué se trata esta tecnología; también nos lleva a reflexionar el sentido que tiene este trabajo tecnocientífico que pretende ser un intermediario entre el hombre y la máquina.
La intención de la Unesco es aspirar a una IA que apoye a la humanidad, por lo que considera que los valores humanos se deben de poner al centro de su desarrollo. Por ello, considera la necesidad de educar a los sistemas y a los algoritmos de forma ética.
La vulnerabilidad humana es otro de los conceptos que se trata de poner en el centro de la ia, tomándola en cuenta durante el desarrollo de estas tecnologías, contribuyendo a sentirnos más seguros con ella y que ésta sea la que se adapte a nosotros y no al contrario. Esto llegaría al punto de moldear nuestras acciones junto con las tecnologías de una forma más activa y consciente.
Desde la bioética, centrada en la promoción y respeto de los derechos humanos, se considera que existen valores que comparte toda la humanidad, aunque haya modos diferentes de ponerlos en práctica. Hay valores universales, compartidos por culturas y religiones, como el respeto a la vida, a la verdad, a la justicia, el reconocimiento del otro ser humano como valioso, entre otros.
La forma de reaccionar que las máquinas de IA tienen ha sido programada por seres humanos, quienes insertan en ellas sus propias creencias, probablemente con el punto de referencia de una superioridad del humano sobre la naturaleza y la naturalización de su uso y corrección por parte de ésta.
Los seremos humanos no sólo son responsables de la fabricación de las tecnologías o de la IA, también lo son de introducirlas de la mejor manera a la sociedad. Esto implica educarlas y entrenarlas, con ellas se puede ir a una influencia superior al del campo en que se trabaje.
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