Los avances en la ciencia básica han generado cambios sustanciales en las sociedades contemporáneas. Por primera vez en la historia de la humanidad conviven cuatro generaciones, lo que supone retos formidables para las instituciones, las comunidades y las personas que llegan a la vejez con mayor esperanza de vida.
| Comentario de María Montero-López Lena
En 2017, México informó que poco más de 10% de su población alcanzaba una edad de 60 años o más. Este hecho demográfico, que nos ubicó entre los países envejecidos de América Latina, abrió la discusión sobre temas prioritarios para reflexionar, y ante los cuales de deben tomar acciones estratégicas.
En esa perspectiva, conviene iniciar con una descripción sucinta de la evolución poblacional del país en el contexto de un cambio de paradigma económico, social y político.
Como país en vías de desarrollo, México fue sometido a las estrategias macroeconómicas del llamado “consenso de Washington” a partir de 1982 (Calva, 2019; Salazar, 2004). El país sirvió como “laboratorio” para la aplicación de reformas neoliberales a fin de instrumentar un nuevo modelo de desarrollo (Damián, 2019). Además de “abrir” la economía a la competencia global, las políticas públicas instrumentadas incrementaron los niveles de pobreza y el estatus de desigualdad social, debido al sesgo paternalista o asistencialista que impedía combatir los problemas de raíz (Soto, 2013).
No obstante, las dinámicas sociodemográficas consolidadas en las décadas anteriores no se interrumpieron. De ahí que, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer presentara cambios sustantivos: mientras que en 1982 este indicador registró un promedio de 64.98 años (mujeres, 69.80; hombres, 62.45), en 2018 llegó a 74.02 años (mujeres, 77.29; hombres, 70.83) [Datosmacro, s. f.].
Sin embargo, la pandemia de covid-19 redujo el promedio de la esperanza de vida en México, al pasar de 75 años en 2019 a 71 en 2021. Disminución que dobló la cifra presentada a nivel global, dado que se registró una pérdida de dos años en promedio (Heuveline, 2022).
Impactos del giro demográfico
Por primera vez en la historia de la humanidad conviven cuatro generaciones. Se trata, sin la menor duda, de un logro de la ciencia básica y social (Garrido-Latorre, 2000). Pero este avance indiscutible también ha traído retos importantes que demandan respuestas eficientes y eficaces.
Entre los impactos psicosociales vinculados con el envejecimiento poblacional destacan los siguientes:
- Incremento en la demanda de servicios de salud, tanto física como mental. En este rubro, es imprescindible identificar que la salud mental es un catalizador sine qua non de la salud física (cuidados para las enfermedades crónico-degenerativas) y el bienestar social.
- Dificultades para el financiamiento de sistemas de pensiones, cuya cobertura permita resolver las necesidades de las personas mayores.
- Urgencia para instrumentar proyectos habitacionales y de infraestructura urbana acordes con los requerimientos de una población con demandas físicas particulares.
- Compromiso de impulsar una cultura inclusiva en la cual quepan todos los tipos de vejeces y sus peculiaridades subculturales, que reduzca prejuicios, elimine tabúes y garantice el respeto de los derechos humanos de todas las personas.
- Obligación de crear y fortalecer redes de apoyo y de cuidados que permitan el intercambio eficiente de servicios entre los diferentes subsistemas en los que se desarrollan las personas adultas mayores (familia, comunidad, sistema social y normativo).
Ante estos desafíos, es indispensable desarrollar estrategias integrales y fundamentadas de promoción de la salud mental en las personas mayores (Montero-López Lena, 2021; 2022). Subrayamos tres aspectos fundamentales:
- Salud. Formular un nuevo concepto de salud no sólo en términos físicos, sino emocionales y sociales. Se ha comprobado que las personas siguen instrucciones de manera más eficiente para su salud cuando se establece una buena adherencia terapéutica. Ello es esencial en la etapa de la vejez. Además de dar a la persona mayor los elementos para mejorar su condición o tomar medidas preventivas que posterguen el deteriore físico, es estratégico promover la generación de un sentido de vida para perseverar en el esfuerzo de mantenerse saludable. Por tanto, la salud mental es esencial y debe ser objeto de estudio y promoción.
- Funcionamiento familiar. Se ha documentado, de manera exhaustiva (Jessor, 1993), que la familia puede ser un contexto de protección o de riesgo durante la niñez y adolescencia. Ocurre lo mismo en la adultez. Existe evidencia de que los agresores más frecuentes se localizan al interior de las familias (Giraldo-Rodríguez y Agudelo-Botero, 2020). En consecuencia, es estratégico dar apoyo a familias para tratar a los adultos mayores y facilitar, así, el intercambio intergeneracional entre sus miembros.
- Políticas públicas. Es imprescindible que el Estado tome acciones de promoción de la salud, la atención económica y el desarrollo urbano bien fundamentadas. En este sentido, establecer puentes entre la academia –donde se genera el conocimiento– y los espacios de toma de decisiones –distribución del presupuesto, programas y proyectos públicos– debería ser un camino continuo de doble vía.
Envejecer es un privilegio, ya que la opción es irremediable. De cada uno de nosotros depende si construimos cada día una oportunidad para vivir mejor o permitimos que transcurra el tiempo sin honrar la vida.
REFERENCIAS
| Calva, José Luis (2019). “La economía mexicana en su laberinto neoliberal”, en El trimestre económico, vol. 86, núm. 343, pp. 579-622. Disponible en https://bit.ly/4a1kjFA (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Damián, Araceli (2019). “Pobreza y desigualdad en México. La construcción ideológica y fáctica de ciudadanías diversas y desiguales”, en El trimestre económico, vol. 86, núm. 343, pp. 623-666. https://bit.ly/3Ngcnq7 (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Datosmacro (s. f.). “En México empeora la esperanza de vida”, en Expansión. Disponible en https://bit.ly/47Gij42 (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Garrido-Latorre, Francisco y Héctor Gómez-Dantés (2000). “Páginas de Salud Pública. Envejecimiento demográfico de México: retos y perspectivas”, en Salud Pública de México, vol. 42, núm. 1, pp. 81-84. Disponible en https://bit.ly/49Y7NGZ (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Giraldo, Liliana y Marcela Agudelo (2020). “Elder Abuse in Mexico”, en Mala Kapur Shankardass, ed., International Handbook of Elder Abuse and Mistreatment, India, Springer Singapore. Disponible en https://bit.ly/47RMDbA (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Heuveline, Patrick (2022). “Global and National Declines in Life Expectancy: An end-of-2021 Assessment”, en Population and Development Review, vol. 48, núm. 1, pp. 31-50. Disponible en https://bit.ly/4a1NQip (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Jessor R. (1993). “Successful adolescent development among youth in high-risk settings”. The American Psychologist, vol. 48, núm. 2, pp. 117–126.
| Montero-López Lena, María (2021). “Salud mental y personas mayores ante covid-19”, en Verónica Montes de Oca y Marissa Vivaldo, coords., Las personas mayores ante covid-19. Perspectivas interdisciplinarias sobre envejecimiento y vejez, pp. 691-714, México, UNAM.
_______ (2022). “La salud mental y bienestar psicológico en la vejez”, en Rolando Cordera et al., coords., La vejez en México en el siglo xxi. Desafíos individuales y sociales, pp. 260-273, México, Seminario de Cultura Mexicana. Disponible en https://bit.ly/47VqSbr (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Salazar, Francisco (2004). “Globalización y político neoliberal en México”, en El Cotidiano, vol. 20, núm. 126. Disponible en https://bit.ly/46K0Ia7 (Consultado el 1 de diciembre de 2023).
| Soto, Roberto (2013). “Pobreza y modelo macroeconómico neoliberal. Algunas contradicciones”, en Observatorio del Desarrollo, vol. 2, núm. 5, pp. 60-64. Disponible en https://bit.ly/3GpOxEL (Consultado el 1 de diciembre de 2023).