Hace ya algunos años que la Red de Educación Popular Latinoamericana y Caribeña promocionó en las redes el primero de los videos sobre el Biblioburro, que no sólo hace las delicias de quienes lo ven, demostrándoles que todo es posible con imaginación, sino que nos recuerda cómo el espíritu educador no tiene límites y que sólo hace falta buena voluntad —llámese decisión política en el ámbito del Estado— y honradez para instrumentar proyectos sostenibles y verdaderamente educativos. Y las nuevas tecnologías pueden convertirse en un magnífico aliado para ese propósito.
La red social de Youtube, por ejemplo, además de brindar un excelente servicio como canal y soporte, sirve como veta para descubrir proyectos inimaginables, inspiradores. Sobran los ejemplos, desde los que se presentan como creaciones con la tecnología de punta, hasta los que, pese a su simplicidad, usan esa tecnología de punta para promocionarse y penetrar como verdaderos memes para disciplinas tan importantes como el modelado educativo. He aquí el uso de una red social como verdadero canal de distribución para los objetos de aprendizaje y la exposición de proyectos. Es ésta, en verdad, una gran lección de tecnología educativa y de convergencia e integración tecnológica: inteligencia + fuerza bruta + tecnología de punta = tecnología educativa/comunicación alternativa.
“El medio es el mensaje”, dijo McLuhan en una de sus obras más importantes, y el Biblioburro viene a confirmarlo. Que a un creativo profesor se le ocurra inventar una biblioteca ambulante en burro puede resultarle “gracioso” a muchos, ingenioso y hasta surreal o bizarro. Pero, a reserva de los logros educativos y culturales que este ciudadano logra con su proyecto (desde la perspectiva del modelo de la educación popular), su creación constituye por sí misma un fuerte cuestionamiento a las políticas públicas de educación, un señalamiento acusador contra el desigual reparto de la riqueza provocado por el carácter mercantil de la globalización, y un fuerte testimonio del verdadero compromiso social.
¿Mayor compromiso podría haber?: en el año 2012 al profesor Soriano le amputaron su pierna izquierda debido a un accidente con uno de sus burros… pero su labor continuó y continúa hasta la fecha. Hoy el Biblioburro es una institución en la que colabora un grupo interdisciplinario de jóvenes con sentido social, quienes ya desarrollan el Biblioburro Digital.
Visita el sitio web del proyecto Biblioburro.